En la naturaleza humana, va intrínseco el hecho de desear sentirnos seguros, para ello desarrollamos una serie de estrategias que nos regula la ansiedad percibida por no satisfacer nuestras necesidades básicas.

La ansiedad, todos sabemos que nace del miedo y el miedo puede ser motivado por un peligro real o imaginario, por ello, cada persona va a desarrollar un mecamnismos de defensa determinado en función del tipo de miedo que perciba que deben afrontar.

Está claro que cuando el miedo procede de una fuente real y objetiva, como por ejemplo salir corriendo de una casa que sale ardiendo, las defensas utilizadas serán similares en todas las personas, en cambio, si este miedo procede de una fuente más inespecífica como son nuestros pensamiento, cada cual temerá una situación diferente según sus necesidades.

Podríamos dividir las necesidades actuales más importantes en tres grandes grupos: NECESIDAD DE AMOR, NECESIDAD DE PRESTIGIO Y NECESIDAD DE LIBERTAD. Está claro que en todas las personas podemos encontrar un poco de cada grupo, pero siempre existirá una tendencia a identificarse más con un grupo específico de necesidad y ello va a propiciar que desarrollemos una serie de rasgos de personalidad que configurarán nuestro “YO” idealizado, generando unas defensas determinadas que utilizaremos para sentirnos seguros en el mantenimiento de esa necesidad satisfecha.

NECESIDAD DE AMOR: Son personas con un profundo sentimiento de impotencia, ya que al necesitar el afecto y la aprobación de los demás renuncian a sus deseos a cambio de que los demás cubran su necesidad básica. Normalmente son bondadosos, simpáticos, amables, humildes, generosos y creen que la virtud siempre será recompensada, sintiendo una gran frustración e impotencia cuando después de dar todo no reciben lo que esperan.

Tienen tendencia a crear dependencia emocional de otras personas, sobre todo del grupo que se describe a continuación (los expansivos), son altamente sensibles y muy vulnerables.

SON LOS OBEDIENTES.

NECESIDAD DE PRESTIGIO Y ÉXITO: Son los llamados expansivos, es decir, los de personalidad más dominante o arrolladora, la hostilidad es un rasgo muy relevante de su personalidad y si la tendencia de los del grupo de “necesidad de amor” es la del acercamiento hacia los demás, en este grupo sería la del enfrentamiento.

Aquí podemos diferenciar entre: NARCISISTAS, PERFECCIONISTAS Y ARROGANTES. Los narcisistas necesitan ser admirados, el prestigio social es su máxima, a través de la simpatía y la continua narración de sus hazañas, desean idealizar su autoimagen de personas únicas y maravillosas.

Los perfeccinistas, por otro lado, lo que necesitan es cubrir su sentimiento de justicia, creen poseer la máxima sabiduría sobre el bien y el mal, por ello tienen una imagen de sí mismos como personas muy justas, lo cual puede ser cierto o no, como ocurre en cualquier construcción de la personalidad, cada cual tendrá una imagen de sí mismo que fundamenará los “DEBERÍAS”.

Los Arrogantes, son muy competitivos, desean el éxito a toda costa, aunque tengan que utilizar la fuerza para conseguirlo, a diferencia de los narcisistas que desean “caer bien”, los arrogantes están más por la labor de conseguir sus objetivos, con indiferencia de caer más o menos simpáticos, eso les da igual, lo que quieren es sentrise los más fuertes y rechazan cualquier ápice de muestra sensible, ya que sería un signo de debilidad.

SON LOS AGRESIVOS.

Por último, los del grupo de NECESIDAD DE LIBERTAD, tienen un fuerte deseo de sentir paz, para ello, la tendencia es la de alejarse y por lo tanto pueden llegar al aislamiento social en mayor o menor grado. Son personas que se conforman con poco y una característica muy notable es la de resignación, generalmente esperan poco de la vida para no sentirse desengañados y suelen sentir pereza y poca motivación para realizar actividades de ocio o placenteras. Son personas muy acostumbradas a reprimir sus deseos a cambio de mantener la paz interior, que en muchas ocasiones es una paz ficticia o imaginaria, creen que si no piden nada a los demás, no serán molestados.

De los tres grupos son los que más muestran o pretenden llevar a cabo el desapego.

SON LOS DESAPEGADOS.

Es importante saber que, para calmar nuestra ansiedad usamos una estrategia defensiva mayoritaria que va a configurar nuestra forma de ser y eso va a generar que nos veamos de una manera idealizada, esclavizándonos a una autoimagen del “YO”, cuando las cualidades idealizadas entran en conflicto, sentimos que no estamos haciendo lo que “DEBEMOS” para protegernos y sentirnos seguros. Así que la próxima vez que me diga a mi mismo “DEBERÍA DE….” podríamos reflexionar sobre nuestras estrategias defensivas y qué necesidades tenemos y por lo tanto qué identidad me he construido.

CARMEN ARDILA

PSICÓLOGA- SEXÓLOGA

GABINETE CARMEN ARDILA

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