TODOS SOMOS VALIOSOS

Uno de los principales motivos por lo que nos sentimos inseguros, es por la falta de confianza que tenemos en nosotros mismos, no confiamos en nuestras capacidades, en nuestra grandeza interna y por lo tanto no tenemos fe en nosotros. La falta de fe o lo que es lo mismo, no saber lo que valemos y de lo capacitados que estamos para soportar casi cualquier situación a la que tengamos que enfrentarnos, nos convierte en seres muy vulnerables, temerosos, llenos de miedo ante cualquiere estímulo que creamos que no vamos a poder controlar, sin saber, que realmente controlamos muy pocas cosas, la "capacidad de control" es una mentira que tenemos interiorizada en lo más profundo de nuestro SER. Creemos controlar muchas cosas de nuestro entorno y por ello nos perdemos tanto en pensamientos que nos chupan toda la energía en un intento de tener controladas todas las variables posibles, por si ocurre algo negativo en lo que no he deparado, ya me pongo a pensarlo y así lo tengo previsto. La previsión, esa palabra tan valorada en nuestra sociedad llena de seguros para todo, sistemas sofisticados de alarmas y un sin fin de mecanismos que se ponen a disposición de nuestros miedos, que más que disiparlos, los avivan como a un fuego al que se le echa combustible. 

La incapacidad para soltar y dejarnos llevar por nuestras emociones, nos mantiene apegados al personaje que nos inventamos producto de la programación a la que nuestros padres y cultura en general nos han sometido y a su vez nosotros sometemos a nuestros hijos. Nos criamos en el miedo, miedo que nos inculcan desde nuestra más temprana infancia para que controlemos nuestra conducta, nos contengamos, obedezcamos y que planteemos los mínimos problemas posibles. Pobre de aquel que no obedezca y se revele, porque si la programación del miedo a lo externo no le sirve, se encargan de hacerlo sentir defectuoso, imperfecto, desmerecedor de amor del prógimo y lo que es peor desmerecedor de su propio amor hacia sí mismo y alguien que no se ama, no puede confiar en su SER, en su esencia, estará condenado de por vida a vivir con la inseguridad constante, sintiendo el vacío en lo más profundo de su pecho, de su abdomen, porque las heridas emocionales, duelen y se sienten en el cuerpo.

En la escuela, en la familia, en la sociedad, no nos han enseñado a aceptarnos, aceptar aquello que sentimos y legitimar emociones que la sociedad tacha de negativas o indeseables, es por ello, que en la edad adulta, luchamos contra cualquier emoción o sentimiento que esté mal vista, que yo crea por mi programación que no debo sentir y precisamente, esa sensación nos hace experimentar el vacío interno, creer que somos defectuosos que algo en nosotros no anda bien, convirtiéndose ese pensamiento en una constante, un sonido que se mete en nuestra cabeza y no nos deja vivir en paz.

ARTÍCULO EN CONSTRUCCIÓN